La Fe es más que Dios

Id: 76  Cat: La naturaleza de Dios  Date: 2027-01-05 17:07:00

La Fe es la capacidad de distinguir ciertos valores, por encima de la ambivalencia universal**. Es una capacidad de ver, no de creer.

Si os acordáis, Jesús dijo que había que *dar con* el camino; esto es, verlo, distinguirlo... etc.

El mismo Dios se convierte de nuevo en algo baladí, ya que el término es un término sin contenido. Los que otorgan contenido al término Dios, en realidad están metiendo TODA la cosmología en el contrato del hombre con el hombre, que ya es el colmo de la antiproyección...

Dios habla al hombre con palabras de hombre y al modo humano... Me parece que esto se le escapó a Pablo de Tarso. No se si creerme lo del caballo...

** El origen de la ambivalencia proposicional universal es que Dios no necesita ninguna de las potencias del hombre, mientras solo se cumple en el hombre.

Si uno está inmerso en un modo de figuración, rechazará el otro. La apelación a la operación bondadosa no es suficiente para reivindicar profetismo alguno con carta de naturaleza. Tendría que ser la operación bondadosa profética en sí para poder decir que cumplía con el imperativo profético (Devenir). Peor aún es reivindicar no ya como necesario para la definición de bondad sino como exclusiva su definición. La única comunidad existente suprareal es la establecida entre los dos modos de figuración, donde cada una actúa como cliente y proveedor. Evidentemente, el imperativo profético tiene que ser el mismo para ambas, para no decir que Dios acaricia al lobo y al cordero. En una de las dos figuraciones muere Dios, y para colmo es en el modo donde la verbalización de la muerte de Dios es más ostentosa. La salvación solo se da por el modo de figuración: el hombre puede saltar al infinito, que es el verdadero entendimiento de la unión Dios y Hombre, y de una realidad llamada eufemísticamente "Gracia". Este proceso solo puede darse en movimiento (movimiento es la concordancia del movimiento natural con el movimiento de la autoconciencia o casa de Dios. El movimiento natural es más parecido a la confianza radical de Hans Kung: la del hijo al padre o a la madre, que a una concordancia "algorítmica" necesaria de tipo científico y cosas de esas: memes, etc.). Un Dios externo a esto es realmente la figura de un Dios pagano depredador, y el Cristo muerto que enseñan, la figura de la depredación. Una especie de advertencia permanente.

Ejemplo: Lucas 10, 1-9:
*... y no os paréis a saludar por el camino*.

Significa la importancia que se ha de dar a esa dedicación, si es que esa dedicación es un imperativo profético auténtico. Pero NO quiere decir que no se ha de saludar por mor de una supuesta condición de excelencia personal, por la que se deba o pueda despreciar un saludo debido. La primera deberá cuajar en una proposición perteneciente a una figuración alfa, y la segunda en una beta. Todas la proposiciones que incentiven la figuración beta provienen del maligno (Wittgenstein, Tractatus LF. 5.3). Es por esto que se dice que el Diablo pasea por la Casa de Dios.

La labor salvadora de Jesús de Nazaret fue rescatar lo que se perdía por antiproyección por acción (fariseos) y omisión (acólitos; que son los que se deleitan en presencia de los fariseos, sean estos acólitos ricos o pobres. Para el caso contrario, a los fariseos se le contrapondrían los profetas, y los que se deleitan con los profetas serían los verdaderos creyentes, a ninguno de los cuales les es imprescindible la fe).

Otro ejemplo: *...Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan*. Mateo 25, 1-13.

La figuración alfa de esta proposición es compararla con Lc. 16, 19-31: *...Si no escuchan a Moisés y a los profetas, aunque resucite uno de entre los muertos, no se convencerán*. La beta es adherirse a la interpretación católica.

Dios entiende antes la figuración que la proposición (de la abundancia del corazón habla la boca: el corazón es la figuración y la boca es la proposición o acción): Dios entiende antes el corazón, que es donde está la figuración que gestiona y pone los hechos.