Curvas deviniente y vital

Id: 136  Cat: Naturaleza del Acto  Date: 2027-07-05 04:14:00


Al imperativo categórico de santidad o imperativo profético se le podría acusar de ser *una conciencia cierta aplicada al obrar propio e inmediato, despreciando autoridades superiores, de modo que pareciese que nunca se podría errar inculpablemente* (diccionario de filosofía de Walter Bruger, Ed. Herder)...

Este imperativo no se recibe tangentemente al plano del ser, sino perpendicularmente, donde coinciden la libertad de Dios con la libertad salvaje interior. En nuestro caso, el imperio de la Ley Profética se reduce solo al Acto. La ley profética no circula por dos curvas a la vez (la deviniente y la vital), sino solo por la deviniente, que es tangente a la vital en el Acto. En estas circunstancias sí se puede decir que es imposible que las dos curvas se toquen sin producir devenir.


Aunque la libertad del hombre no esté bien informada porque posee en el hecho inmediato una conciencia errónea, hay algo en la conciencia errónea que la hace compatible con el devenir. Puede ser cualquier cosa, incluidos el Ethos y/o el valor subjetivo-objetivo de lo moral. Recordemos que la verdad metalógica es oportunista. A esa coincidencia es a lo que se le llama Sabiduría. Por estos síntomas se puede ver que el oportunismo lo está poniendo Dios (o la Otredad). Recordemos a aquellos que echaban demonios en nombre de Jesús de Nazaret, y Jesús lo dejó pasar sin problemas. Este descontrol es así a pesar de la ley , el ethos y la costumbre, que no dejan de ser Acto pasado, estela del Acto, que funciona como paisaje, o más bien como meteoro que dibuja una distribución del *espacio de hechos* (espacio deviniente o antiproyectado, según la forma de punteo). Un ejemplo es el amor de la madre verdadera en la parábola de Salomón, aunque en este caso el valor objetivo y subjetivo de lo moral son buenos. Hay casos en los que esto no tiene por qué ser así, al igual que, en caso contrario, se puede hacer un mal cumpliendo con el ethos, el objeto moral y la intención moral. Estos saltos de sentido están marcando realmente saltos desde el espacio de Dios al del ser y al contrario. Esto es, son síntomas de que la *forma lógica* de los hechos está deviniendo o antiproyectando. Se está pescando a Dios, o nadando con Él.


Si no fuese así, el conocimiento de Dios dependería del estudio, y ganar la libertad de Dios o la santidad sería una oposición; conocer sería auditar, idea esta muy aplicada (actitud-Acto-hecho) en la socio-política conservadora; mientras tanto son infinitos los eventos por los que la conciencia moral se pone a prueba.


Esta sabiduría de lo perpendicular al ser puede practicarse y aprenderse. Es cierta curva en el plano dado-construido, por donde circula el eje de la Otredad, el Devenir o Dios, en una cosmología individual. Para la multiplicidad existe lo mismo, pero como abstracción (un diagrama de dispersión). ¿Que pasa con la curva de un antiproyectado? Pues que al emitir resultados de su cosmología aplastados sobre el plano del ser, el vector antideviniente también lo está, y no hay manera de que circule ningún vector deviniente por ahí... salvo que otro ponga el Devenir por tí (recordamos aquello de que se justifica el infiel por el fiel). Simplemente sus curvas no están atraidas por el Acto (partícula u honda asociada a la gravedad de Dios o de lo eterno). Digamoslo así: que no les afecta el campo gravitatorio de lo eterno. Por eso la teoría moral es una teoría de la relatividad moral. Para los que no tienen la suerte de ser justificados por un fiel (un deviniente) está Jesús de Nazaret, que es el que tiene que fagocitar a los antidevinientes, y no al contrario como se enseña por ahí... (Alguien debe circular por esa curva a 90º obligatoriamente (no creo que Jesús deje que nada se pierda). Se puede decir que la curva deviniente *tira* de la curva vital. Y la de Jesús tira de la de los antiproyectados. Este es el campo gravitatorio que emana del Misterio.



Si quieres, vuelve esta proposición hacia tu sentido y di que tú eres el deviniente y yo el antiproyectado, pero mira a ver si puedes destruir el ser y su cosmología, o solo el ser. Si solo puedes hacer lo segundo, el antiproyectado eres tú (no temáis a los que matan el cuerpo=materia=espíritu, sino al que tiene poder de mandaros a la ... Gehenna)


Si os fijáis, la curva CD se proyecta como una curva DC, y no se *ve* (por eso hay que decir que el Acto es *Misterioso*).


La curva deviniente es función de los hechos y del sentido de los hechos: de la proposición y su sentido. Es una curva de Actos y tautologías alfa. En el caso de Jesús de Nazaret, las dos curvas coincidían totalmente, que es lo que lo igualaba con Dios totalmente. La curva vital es secante. Es el mismo principio: el devenir se aplica a una cosmología particular en su libertad salvaje interior, independientemente de la brillantez de la conciencia o de lo gorda que sea la cosmología.


Todo esto impide la moral determinista y habla de la moral social o comunitaria como una moral oportunista, de oportunismo natural, por muy congruente, justa o absoluta que aparezca a los ojos del entendimiento.


Para devenir, el *ver* debe estar abierto al Misterio y no solo a la eficacia y la eficiencia (las ciencias ocultas son pobreza irredenta. Yo no hablo de ese tipo de misterios). Siempre hay algo más allá. El encaje no debe ser de la libertad salvaje interior hacia la moral, sino de esa moral en mí. Este muro impenetrable es el que separa un ser de otro en el espacio de la Otredad o seno de Dios. SER-------OTREDAD--------SER. Para uso social hay que proyectar esto al plano del ser (todos proyectamos. Yo al escribir estas cosas también. La resultante es una media proyectada en alguno de los dos sentidos ya conocidos, con o sin devenimiento, y con más o menos encaje en el ulterior devenir natural de la Historia, o mejor, de comunidades dentro de la Historia...


Sobre la formación de ua conciencia cierta: hay que informar. Cosa que se hace denodadamente: